Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. (Bertolt Brecht)

Muchos me llamaran aventurero, sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades. (Ernesto "Che" Guevara)

Aquellos que ceden la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad. (Benjamín Franklin)

viernes, 21 de septiembre de 2018

Y las TIC’s Accesibles se volvieron sueños

Hace unos días, me encontraba pensando en la famosa frase de John Lennon “la vida es lo que pasa mientras estamos ocupados haciendo planes”. Justo lo que ocurre muchas veces con nuestros responsables públicos, con la salvedad de que en esos casos afecta a millones de ciudadanos: “la vida es lo que pasa (a la gente) mientras algunos responsables públicos están ocupados ideando y haciendo planes”. Meditaba yo, que la gente necesita realidades, y menos generar continuamente ideas “brillantes”.
En esas reflexiones me encontraba, cuando me sobrevino el cansancio, y sin poder evitarlo me quedé dormido profundamente. Y vinieron los sueños. Y resulta que soñé que trabajaba en una entidad tecnológica que perseguía lograr que cada vez más bienes, productos y servicios tecnológicos fuerana accesibles y usables, tanto en el ámbito público como privado. Y soñaba que para involucrar a la empresa privada tenía que enseñarla a ganar dinero con la accesibilidad, que simultáneamente incrementara también el bienestar social de todos los ciudadanos. Creo recordar que en el sueño el centro donde trabajaba se llamaba CATNEC, modelo ejemplar de colaboración público-privada.
Me encontraba, en el sueño, tremendamente satisfecho trabajando allí. Siempre he creído (y llevo más de 35 de años en silla de ruedas, conozco profundamente tanto la legislación como el ámbito de las TIC’s), que la mayor innovación (tecnológica) es generar conocimiento. Generar conocimiento en la empresa, enseñándola a obtener beneficio trabajando con criterios de accesibilidad en la oferta de bienes, productos y servicios que ofrece al ciudadano individual (consumidor) y a las Administraciones (consumidores que deben poner al servicio del ciudadano “todo lo que aprueban” y todo aquello a lo que están obligadas). Y la generación de conocimiento con estas premisas debe generar, además, competitividad. Y poner cada vez más diversidad de productos y servicios accesibles en el mercado.
¡Qué sueño más placentero!. Como si de algo real se tratase, el tiempo avanzaba y podía ver cómo el CATNEC se implantaba, se convertía en referencia de la accesibilidad tecnológica, era cada vez más reconocido, respetado y considerado en la Administración y en el mundo empresarial y de negocio, y su mensaje calaba profunda y fácilmente traspasando al propio derecho: se puede ganar dinero creando y difundiendo bienes, productos y servicios TIC’s accesibles y usables. Y poco a poco, se iba dando cumplimiento a lo plasmado en su ideario cuando se constituyó: servir de referente estatal en adaptación de tecnologías para todas las personas, con beneficio especial a las persona con discapacidad, limitaciones o mayores; aglutinar proyectos de las principales empresas del país, así como del movimiento asociativo y de centros de investigación, en esta materia y promover el ensayo, la innovación, la evaluación y la muestra de los avances en accesibilidad y el diseño para todos; e impulsar la visibilidad internacional de la tecnología de accesibilidad, potenciando los procesos de cooperación con la industria en proyectos de I+D+i. Y sus Congresos se llenaban de asistentes, algunos por encima de los 500, y decenas de empresas de primera línea del sector TIC privado, altos cargos de la Administración y emprendedores participaban gratuitamente. ¡Todo era tan bonito en el sueño!
Siempre he creído también que las propias Leyes y normativa jurídica donde se reflejan y “garantizan” derechos sociales son hoy una fuente de oportunidades y de nichos de negocio de beneficio para el sector privado tecnológico. Porque la legislación por sí sola es insuficiente, y eso cuando hay dinero (en las Administraciones). Y digo sector tecnológico, porque hoy día toda tecnología está presente en cualquier ámbito de la sociedad (educativo, sanitario, laboral, cultural, de transporte,…), y porque también creo firmemente que la tecnología es quien mejor puede generar un mayor y mejor ecosistema social igualitario, reduciendo brechas sociales y haciendo más eficientes lo servicios públicos. Hasta tal punto me emocionaba en el sueño, que empezaba a pensar en algunos ejemplos que claramente podían interesar al sector privado tecnológico, y al sector público (si es racional), como oportunidades de beneficio económico-social:
¿Y si introducimos la domótica en la ley de autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia?
¿Y si enseñamos a los instaladores a “aprovecharse” de la LPH (Ley de propiedad horizontal)?.
¿Y si enseñamos a la empresa a forzar el cumplimiento del Real Decreto 505/2007, de 20 de abril, por el que se aprueban las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados y edificaciones?.
¿Y si interesamos al sector tecnológico en…?
De repente, el sueño cambió. El tiempo había pasado con éxito, pero de entre una neblina sonó una fuerte voz del poder omnipotente de la discapacidad y su Ministerio: “¡No!, ¡Las empresas no tienen que ganar dinero con la accesibilidad, tienen que cumplir la ley!.
¡Caramba!, reaccioné en mi sueño con sobresalto. Sopesando si lo que esa gran voz del poder omnipotente de la discapacidad y su Ministerio había dicho era una gran tontería, recordé una reflexión de un buen amigo, que en su día me dijo: “Si las empresas no ganan dinero con la accesibilidad, no existirían los fabricantes de sillas de ruedas”.
Pero de pronto, todavía inmerso en ese sueño profundo, volvió a resonar esa gran voz, en un tono aún más alto: “la colaboración público-privada para conseguir bienes, productos y servicios TIC’s accesibles y usables está obsoleta! ¡El modelo del CATNEC está obsoleto! ¡Hay que evolucionar!. ¡Es necesario ir hacia laboratorios de ideas de innovación! ¡Ideas! ¡Ideas! ¡Ideas!... Y cumplir la Ley”.
Y la voz fue desapareciendo entre la neblina del sueño.
Qué cosas pasan, pensaba yo dentro de mi sueño profundo. Si la propia industria tecnológica en la mayor fabricante de ideas e innovación en sus centros de I+D+I. No es necesario reinventar la rueda, pero sí trabajar con ellas potenciando sus propios laboratorios de ideas. La limitada visión del “trabajo social” y el anhelo de un mundo mejor es claramente insuficiente. Y si hablamos de la Ley, ¡pero si las pocas que contemplan la accesibilidad a la sociedad de la información no se cumple ni dentro de la Administración ni en los servicios públicos: la accesibilidad a la web (obligatoria desde 2007), a los contenidos audiovisuales (desde 2007 y sucesivos), a servicios de emergencia, o en las dotaciones de Tic’s accesibles previstas en las leyes orgánicas de Educación y en la de Universidades, o… Además, ¿qué pasa con todas las demás TIC’s donde no existe regulación que obligue a la accesibilidad? ¿Qué pasa con la robótica, la realidad virtual, el IoT, los coches autónomos, la electrónica de consumo, el blockchain, las redes sociales, las plataformas online o las IaS (infraestructuras como servicios), la inteligencia artificial, los servicios de autenticación digital inteligente, los servicios de pago electrónicos, el comercio electrónico,…?.
Por momentos el sueño se volvía agitado y angustioso. Y siempre dentro del sueño, me preguntaba: “Imaginemos que el CATNEC no lo entienden “los políticos”, que tal como están las cosas puede pasar. Y seguía diciéndome: “Imaginemos que es verdad que los políticos piensan que las empresas no deben ganar dinero con la accesibilidad”, que puede pasar, hay “ideas” para todo. Y yo no hacía más que revolverme en el sueño, inquieto y decirme a mí mismo: “La gente, sobre todo la gente con discapacidad, limitaciones y mayores, necesita realidades, no ideas. Hoy está casi todo inventado. No más labs de ideas, por favor”.
El problema, razonaba yo en mi sueño, es que mientras los “centros generadores de ideas” las publican y deciden algo, la industria tecnológica y de servicios nos ha pasado por la izquierda, por la derecha, y pisado por el centro. Queramos verlo no, vivimos en una economía de mercado y lucrativa (que no tiene por qué ser antagónico a lo social), y la competitividad y rapidez del mercado deja muy poco tiempo a la “meditación” de “cómo ser buenos”. A lo mejor, podemos ser “más que buenos” enseñando a la empresa y la industria que en una sociedad de consumo global y cada vez más envejecida, pero que también quiere ser más autónoma y participativa individualmente, la accesibilidad tecnológica es un As en la manga. Porque aúna beneficio económico y beneficio social. Y esto no se logra en los “laboratorios de ideas puramente sociales, donde la lentitud de la Administración y del tercer sector trabajan a ritmos distintos al mercado y, sobre todo, de las necesidades y realidad social. Porque la verdadera realidad social es lo que necesita la gente, más allá del derecho, para llevar una vida digna y autónoma. Y porque los cada vez más millones de personas con discapacidad, limitaciones y mayores reclaman realidades y no ideas, planes de actuación o manuales de buenas prácticas. Como ciudadanos activos, participativos socialmente y como consumidores de bienes, productos y servicios Tic’s, en este caso. Y aquí la industria tecnológica (accesible) juega un papel fundamental. Si trabajamos con ella.
Cuando el diablo (sin ánimo de ser peyorativo) no sabe qué hacer mata moscas con el rabo”, dice un refrán popular. Y es entonces cuando la frase de John Lennon cobra su máximo sentido: “la vida es lo que pasa mientras estamos ocupados haciendo planes”.
Y entonces, súbitamente, y acalorado, me desperté. Me tranquilicé. Pensé, “ha sido solo un sueño”. Esas cosas no pasan en una sociedad instruida y racional. ¿O sí?, dudé por un momento. No, me reproché a mí mismo, reforzándome en la idea de que fue un sueño, y viniéndome a la cabeza la frase “…y los sueños, sueños son”, del célebre Pedro Calderón de la Barca en su obra La vida es sueño.

viernes, 24 de agosto de 2018

Por qué la Accesibilidad de las TIC's no debe estar en "Asuntos Sociales"

Dice Marlon Molina, con toda sensatez, que “Cuando el inversor no usa tecnólogos para evaluar un proyecto de tecnología, los resultados que obtiene son los que se merece, no necesariamente los que espera”. Marlon Molina es, profesional Tic de amplia y reconocida trayectoria, Director de la Cátedra UDIMA-, IDG para la Transformación Digital (IDG Communications España), Director Computerworld University (IDG Communications España), vocal de la Junta Directiva (Foro del Futuro Próximo). Pero donde Marlon dice Inversores bien podría decirse Responsables (políticos) Públicos. Muy acertado es el famoso dicho “zapatero a tus zapatos”

El derecho no es la accesibilidad, el derecho es la igualdad y no discriminación. Por eso, la accesibilidad, cualidad que deben cumplir los bienes, productos y servicios TIC's, debiera estar ubicada en Industria, Economía, Agenda Digital o cuando menos Administraciones Públicas. Porque además de condiciones que hacen cumplir el derecho, afecta al consumo, al ámbito laboral, al acceso a la educación y a la cultura, al turismo o a la productividad, entre otros. De hecho, la mal titulada Convención de los derechos de las personas con discapacidad (¿acaso las personas con discapacidad tienen Derechos diferentes a las de cualquier persona?, ¿no tienen los mismos Derechos sólo por ser personas?), ratificada por España el 13 de diciembre de 2016, y por tanto ya Ley interna nuestra, establece la Accesibilidad dentro de sus Principios Generales del art.3, desarrolla las acciones a realizar por los Estados en su art. 9 “Accesibilidad”, para, eso sí, garantizar la efectividad de acceso y disfrute en igualdad de condiciones y no discriminación a sus DERECHOS Económicos, Sociales y Culturales (art. 4.2 Obligaciones Generales).

La accesibilidad al producto y a los servicios públicos y privados destinados al ciudadano basados en TIC's (y hoy todo está basado en las tecnologías), se expanden fuera del marco estrictamente denominado "Asuntos Sociales" para impregnar todos y cada uno de los ámbitos que afectan a la persona y al ciudadano. Si todo lo relacionado con bienes, productos y servicios Tic’s en lo referido a la protección de datos personales, la Seguridad Social, el trabajo, los museos, cines y cultura en general, la sanidad, carreteras e infraestructuras, Smart Cities, ámbito judicial.... se halla regulado en estructuras ministeriales enmarcadas en Industria, Economía o Agenda Digital, es ahí donde la accesibilidad y usabilidad debiera estar encuadrada. Para cumplir de manera efectiva los derechos a la igualdad, igualdad de oportunidades, y no discriminación; derechos que sí, efectivamente, sí se encuentran definidos en "Asuntos Sociales", y en derechos humanos para todas las personas.

Es necesario recordar, además, que la Administración (sea en nuestro país Central, Autonómica o local), no fabrica, ni diseña, ni construye, es compradora y adquisidora, la mayor, de los bienes, productos y servicios que la empresa y la industria ofrece. Cierto que las condiciones de licitación las ponen las Administraciones, en base a la legislación, nacional e internacional, y la normativa técnica aprobada y asumida por los Estados en los distintos ámbitos. Al ser la accesibilidad de las TIC's criterios que deben cumplir industria y empresa, licitantes, para los servicios públicos afectos al ciudadano, y ser los bienes, productos y servicios Tic's fabricados y desarrollados por ellas, y estar todo lo que abarca su campo de actuación regulado por Economía e Industria, es ahí donde debe encajar la accesibilidad Tic. Indefectiblemente, además, la accesibilidad y usabilidad TIC’s también afecta significativamente a la eficiencia de los Servicios Públicos, y produce ahorro que permite reinvertir en nuevos servicios; volvemos al espacio de la economía (eficiente) de nuevo, donde estos Servicios Públicos son generados a través de bienes, productos y servicios TIC’s cada vez en mayor medida. Resulta evidente, así, que la accesibilidad y usabilidad TIC’s no es meramente un "Asunto Social".

Igualmente, no debemos olvidar que en todo lo que afecta al ciudadano, no todo es público. Hay sanidad privada, turismo (en esencia privado), transporte privado, "cultura" y "educación" privada,... y ahí entra otro factor, el consumo y el beneficio económico para la empresa. Hoy en día nadie discute (y cuando se discute es por desconocimiento) que la accesibilidad y usabilidad genera beneficio económico y social. Y cuando se habla de beneficio económico, estamos hablando de Economía, de rentabilidad, de dinero en definitiva. Por muy duro que suene la afirmación. Por ello, si bien para todo lo Público podríamos hablar de obligatoriedad para cumplir los derechos humanos, para todo lo privado debemos introducir otra variable para introducir la accesibilidad: enseñar a la empresa y la industria que es rentable, que genera beneficio económico, que todos ganan. Formando e informando a la industria y la empresa, trabajando mano a mano con ella, hablando en su mismo lenguaje de mercado. Algo para lo que se creó el CENTAC (Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad) hace ya 10 años, lograr una colaboración Público-Privada entre Administración y empresa para trabajar codo con codo, y lograr introducir bienes, productos y servicios accesibles y usables tanto en lo Público como lo privado. Y cuando hablamos de industria, empresa o economía, todo lo relativo a ello se regula en sus respectivos Ministerios, que no son "Asuntos Sociales". Siendo pues la accesibilidad y usabilidad condiciones que afectan de manera tan directa a la Industria y Empresa del sector privado, y a las Administraciones Públicas, es donde se regulan lo relativo a ellas donde debe estar también la accesibilidad y usabilidad TIC.

Creo que resulta evidente, expuesto lo anterior, que cualquier Centro diseñado y participado por la Administración Pública y la empresa centrado en la accesibilidad y usabilidad TIC, caso del CENTAC, debiera, de este modo, estar vinculado a Economía o Industria o cualquier otro ámbito donde se regulen las Tic’s y la Economía, y no liderados por "Asuntos Sociales". Lo social, evidentemente, debe ser innegociable en cualquier ámbito, pero es absurdo dejar fuera de Economía o Industria una característica (la accesibilidad) que deben cumplir los bienes, productos y servicios TIC's, cuando todas las demás que afectan al sector productivo se regulan en esos ámbitos.

Si enmarcamos la accesibilidad y usabilidad TIC en el marco de nuestra Administración de Servicios (o Asuntos Sociales), es decir, Ministerio de Sanidad, “Consumo” y Bienestar Social, lo estamos restringiendo al "ideal" del mero cumplimiento del derecho, la igualdad y no discriminación. Y esto sabemos que no siempre funciona. El camino para involucrar a la empresa y a la industria, más allá del derecho social, es trabajar en su mismo campo de batalla y con sus armas: hay beneficio económico, pero hay que cumplir determinadas normas técnicas; al igual que los productos y servicios deben cumplir sus normas de seguridad, de protección de datos, de cumplimiento medioambiental o de materias peligrosas. Hay que lograr productos "no propietarios" del Tercer Sector (discapacidad y colectivos en riesgo de exclusión), sino una oferta amplia, diversa y competitiva del sector privado, con cada vez más actores TIC's ofertantes de bienes, productos y servicios que introduzcan innovación, mercado y oportunidades de beneficio social y económico. Accesibles y usables por todos, con independencia de sus capacidades, y cubran esas necesidades del Tercer Sector. La accesibilidad a bienes, productos y servicios TIC’s va mucho más allá de la discapacidad, y debe liberarse del marco conceptual restringido y “monopolista de la necesidad” del Tercer Sector. Lo hecho para todos, a todos sirve y beneficia.

La accesibilidad TIC no es sólo coto cerrado de la discapacidad. Afecta a todos en algún momento, permanente o temporal. Personas mayores. Con baja formación. En función de sus medios económicos o localización territorial,... El derecho se regula en cada ámbito sectorial o Ministerio, pero las características y requisitos de accesibilidad y usabilidad que debe cumplir el producto o servicio TIC que permite el acceso a ese derecho, con independencia de las capacidades de la persona, no puede ni debe estar en "Servicios Sociales", sino donde se regulan el resto.

¿Qué sucede si contemplamos un ecosistema complejo como sería el ámbito de las Ciudades Inteligentes o Smart Cities?. Quizás sea el ejemplo más claro donde debe imperar un concepto de Accesibilidad Global. Dentro de un verdadero ecosistema de Ciudad Inteligente nos encontramos los edificios, las vías de comunicación, los transportes, los sistemas de emergencia y sanitarios, los recursos educativos, culturales, sociales y administrativos, comercio… un ecosistema global que excede con mucho la regulación de la accesibilidad del mero ámbito de Sanidad y Asuntos Sociales. Fomento establece esencialmente las reglas de la accesibilidad física (Código Técnico de la Edificación y múltiple y amplia normativa técnica), en infraestructuras y transportes, y lo digital está en Industria, Agenda Digital, Economía o Administraciones Públicas.

En España, la accesibilidad (también TIC’s) se encuentra “teórica” y conceptualmente dentro del Ministerio de Sanidad, “Consumo” y Bienestar Social, enfocada y limitada a la discapacidad y los mayores. Ello confiere a la accesibilidad un trasnochado y obsoleto sentido asistencial, hace años superado, centrado en conseguir la no discriminación a un grupo poblacional de personas con discapacidad y mayores. Esto la limita y desvirtúa. La accesibilidad es un concepto global y complejo, con evidentes consecuencias en la economía, el mercado y el consumo, en la eficiencia de las Administraciones Públicas y Servicios Públicos, en la educación, y en la compra de bienes, productos y servicios TIC’s, como ha quedado recogido en la última Ley. Por ello, su ubicación es más apropiada en Economía, Industria y Comercio, o Agenda Digital.

Sin embargo, toda la parte “técnica”, la real, la ejecutiva si se me permite esta afirmación, que proviene en gran medida de Directivas europeas, se regula y controla desde ámbitos ministeriales diferentes. Entre otras cosas, porque afecta a todos los ciudadanos y a todos los ámbitos, así como a las Autonomías y entes locales. Un ejemplo es la Directiva Europea de Accesibilidad a la Web, Directiva (UE) 2106/2102 del Parlamento Europeo y del Consejo, cuya competencia se lleva directamente desde la Secretaría General de Administración Digital del Ministerio de Hacienda. Otro lo tenemos en la Directiva 2014/24/UE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre Contratación Pública y nuestra Ley que la transfiere Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público”, también coordinada desde el mismo Ministerio de Hacienda; y en cuyo articulado se establece la obligatoriedad de incluir en los pliegos técnicos las condiciones de accesibilidad y usabilidad en toda licitación de bienes, productos y servicios. Para ello la propia Unión Europea aprobó, a modo de guía, la norma UNE 301549 de especificaciones técnicas. Las Smart Cities, entornos eminentemente tecnológicos, se llevan desde Agenda Digital y Red.es.

Cuando hace 10 años se creó la primera entidad de colaboración Pública-Privada CENTAC, cuando los principios de accesibilidad y usabilidad eran “marcos teóricos y de intenciones sociales”, la presidencia y liderazgo de esta entidad se dio al Ministerio de Sanidad. Pero 10 años son muchos años en tecnología, el mundo tecnológico ha cambiado radicalmente nuestra sociedad y nuestros hábitos, sistemas de trabajo, acceso a bienes y servicios públicos y privados, nuestros medios de comunicación, el comercio… Tecnologías como el Big Data, Cloud, robótica, drones, Realidad Virtual, Inteligencia Artificial, IaaS (Infraestructura como servicio), Blockchain, coches autónomos, redes sociales, televisión digital e interactiva, pagos por móvil, certificados digitales, comercio on liine,… apenas existían o estaban implantadas, y algunas estaban casi naciendo”. Contemplando de este modo el “nuevo mundo”, quizás debiéramos preguntarnos entonces, ¿qué sentido podemos encontrar hoy en que un Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC), cuyo uno de sus fines es trabajar de forma directa con la Industria, la Empresa y las Administraciones Públicas, para conseguir bienes, productos y servicios TIC’s accesibles y usables en todos los ámbitos, públicos y privados, se regule y presida desde Sanidad, “Consumo” y Bienestar Social?. ¿No sería más adecuado que una Fundación Público-Privada destinada a la accesibilidad y usabilidad de las TIC’s en todos los sectores y para todos, caso del CENTAC, lo encuadráramos y fuera liderado por un organismo ministerial con competencias digitales y tecnológicas, citemos por ejemplo, Red.es del Ministerio de Economía y Empresa?.

Recordemos las sabias palabras de Marlon Molina: “Cuando el inversor no usa tecnólogos para evaluar un proyecto de tecnología, los resultados que obtiene son los que se merece, no necesariamente los que espera”.

viernes, 29 de junio de 2018

¿De verdad van a destruir nuestra sociedad los "Robots"?

No somos demasiado buenos como civilización anticipando problemas difíciles que todavía no nos han causado daños”. Nick Bostrom (entrevista El País Retina).
Nick Bostrom es filósofo y profesor de la Universidad de Oxford, dirige el Instituto para el Futuro de la Humanidad y el Centro de Innovación de Estrategia de Inteligencia Artificial, un verdadera autoridad en la materia. En esta entrevista, Nick se pregunta acerca de “una superinteligencia artificial cada vez más poderosa cuyos objetivos no estén alineados con los humanos. El reto es tener la tecnología que permita alinear estos poderosos sistemas con los valores humanos y que siempre hagan lo que nosotros queremos que hagan”. Es decir, por ejemplo, que no generen estrategias políticas basadas sólo en criterios economicistas o de ahorro dejando fuera los valores sociales. Todo esto es extendible a la biotecnología y cualquier ciencia donde la IA juegue un papel esencial. Deshacer lo ya hecho no suele ser fácil; todo lo positivo de la tecnología y sus nuevos desarrollos, sin una adecuada precisión, planificación y control de consecuencias puede eliminar cualquier beneficio para pasar a ser desastroso. Y esto es lo que puede ocurrir ante la implantación de la robótica (y la robótica no es sólo el “humanoide”), impregnada de IA, sin una adecuada planificación y adecuada transición. Porque, como dice Nick, “No somos demasiado buenos como civilización anticipando problemas difíciles que todavía no nos han causado daños”. Pero que sabemos que van a llegar, porque llevamos años hablando de ello, y que tendrán fuertes consecuencias y traerán cambios sustanciales económicos, administrativos y sociales.
Cada vez que leo o escucho todo lo malo que nos van a traer los “robots”, no puedo evitar una sonrisa. Nos van a robar los trabajos, nos van a sustituir en las relaciones, nos van a aislar, a vigilar… en definitiva, se van a apoderar de nuestro mundo. Es sorprendente la capacidad de autodestrución previa que tenemos como individuos y como sociedad. Esto sucede cada vez que históricamente se produce una revolución tecnológica o industrial. Y luego, después del pánico social, de horas, días, meses y años de “horror” dedicados a hablar de las penurias que vendrán, de la falta de empleo, del empobrecimiento de la humanidad… la sociedad se recicla, se reinventa, se reorganiza, y acaba viviendo mejor. ¿Alguien es capaz de negarlo?.
No es la robótica quién nos va a crear problemas; somos nosotros, los humanos que diseñamos esa robótica, quién nos vamos a meter en problemas por pasar el tiempo adivinando esos problemas, en lugar de buscar los medios adecuados para adecuar esa nueva transformación económica y social que se va a producir a nuevas formas de gestión, de trabajo, de hábitos y de comportamiento. Es decir, por dedicar demasiado tiempo a asustarnos, en lugar de a formarnos.
Adit Abhyankar es jefe de ventas de Google Analytics 360 en Europa Continental y Mercados Emergentes. También en una entrevista para El País Retina en marzo 2018, explica cómo “la creatividad en marketing digital depende de entender la oportunidad tecnológica en juego”. Pero esto es aplicable a cualquier cambio en cada sector social producido por la transformación tecnológica a consecuencia de las nuevas soluciones TIC’s dotadas de IA, entre ellas la robótica avanzada. “Tenemos que impulsar el pensamiento más creativo. Los creativos son ahora más importantes que nunca, ¿por qué?. Porque podemos comprender mejor el comportamiento y necesidades de los seres humanos. Es más, somos capaces de intersecar ese conocimiento de los hábitos de alguien justo cuando desea algo”. Y este debe, y puede ser, también aplicado para generar cada vez mayor número y diversidad de bienes, productos y servicios accesibles y usables. Nunca hemos tenido tanto conocimiento, tantas herramientos Tic’s a nuestro alcance para buscar soluciones y mejorar cada sector, sea laboral, sanitario, social, de comunicación o de movilidad; nunca hemos tenido tantos recursos para gestionar, preveer y planificar las transformaciones cada vez más rápidas producidas por las tecnologías; por ello, también debemos ser cada vez más rápidos en ejecutar la soluciones para adaptarnos a esos cambios.
Vemos cada día cómo las máquinas van sustituyendo el trabajo físico, rutinario y los considerados de nivel medio o baja cualificación. Para todas, pero especialmente para esos puestos de trabajo, sólo la reinvención y actualización permanente del puesto de trabajo y actividad puede mantenerlos. Los estudios demuestran que los países, las empresas y los trabajadores que están gestionándolo mejor son aquellos que se están abrazando a la formación continua. Pongamos el esfuerzo en la educación, en la formación cualificada, adaptada y adaptativa, en lugar de quejarnos y preocuparnos de nuestros propios inventos.
La robótica, ben diseñada, accesible y usable, en todos los sectores (domésticos, médicos, asistenciales, empresariales, industriales, o de ocio y culturales), se presenta una vez más como una verdadera oportunidad de negocio y de inclusión social. ¿Acaso no puede ser, una vez más y como históricamente demuestra el avance tecnológico y científico, una nueva fórmula de incorporar la diversidad funcional y discapacidad de forma activa en la sociedad?. Porque es imposible negarlo: más allá de las barreras que crean, los beneficios son mucho mayores. ¿O acaso un ciego está peor ahora que antes de aparecer el mundo digital, el teléfono inteligente, la evolución de la informática o las redes sociales?. Con todos su fallos y carencias, por supuesto y sin olvidarlas. ¿Acaso no es una oportunidad de incrementar el consumo y la productividad?. Recordemos que lo que es accesible, usable y útil, “se compra” y genera beneficio social (incluyendo el acceso al empleo para millones de personas).
La robótica como ciencia posee un enorme potencial de beneficio social y de innovación, por la necesidad de ser más competitivos. Beneficio social, a través de robots de asistencia personal, de dispositivos de mantenimiento de infraestructuras, robótica médica, ingenios para la seguridad ciudadana, etc. ¿Seguro que no abre infinitas posibilidades?. ¿Estamos seguros que va a ser nuestra perdición? Yo más bien creo que puede significar un salto enorme de beneficio social y de inclusión, si lo hacemos bien. Pero eso requiere pensar, planificar a medio y largo plazo, formar y educar, y actuar. Actuar contemplando la diversidad y discapacidad también desde un punto de vista de negocio. Perspectiva que también el Tercer Sector social especialmente (discapacidad, mayores y colectivos en riesgo) debe asumir de manera real y urgente, y no sólo a través de declamaciones demagógicas ante los políticos. Se necesitan estrategias nuevas, innovadoras y permanentes de colaboración Público-Privada como el CENTAC (Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad), que persigue TRABAJAR CON la industria, la empresa y las Administraciones Públicas, y NO CONVENIAR con ellas. Hay sensibles diferencias en ello.
En definitiva, “se trata de involucrar a la sociedad en temas de robótica”, decía ya hace varios años Carlos Balaguer (UC3M), en RoboCity2030.
Nadie duda hoy que la robótica es progreso y desarrollo tecnológico, incrementa la productividad y consecuentemente la competitividad y la inventiva. Lo que provoca niveles de desempleo más bajos. Eso sí, siempre con parámetros de accesibilidad y usabilidad. Cuando Google empezó a comprar empresas de robótica allá por 2014 (sólo en ese año adquirió ocho, entre ellas Boston Dinamics), podemos estar seguros que algo va a cambiar en nuestros entornos, sociales y profesionales. Lo sabemos, entonces, ¿por qué no prepararnos, profesional, social y mentalmente?. ¿Nos generaremos nosotros solos la exclusión?.
Francesco Ferro (PAL Robotics) lo tiene claro: “La robótica tiene múltiples aplicaciones en muchos campos diferentes, pero hay una máxima que lo une todo: los robots sirven a las personas". Manifiesta que “la intención de la robótica es hacernos la vida más cómoda, permitirnos llegar donde los humanos no podemos o facilitarnos las tareas más arduas". Disponemos de robots capaces de reconocer el entorno, personas, objetos, voces e interactuar con el humano. Si no olvidamos en sus diseños y formas de manejo y control la accesibilidad y usabilidad, estaremos entrando en una era tecnológica para todos, sin discriminación. ¿Abre la robótica o no abre infinitas posibilidades de beneficio social, nuevas profesiones y más amplias, y simultáneamente enormes posibilidades de beneficio económico?. Debemos canalizar el desarrollo de la robótica a mejorar necesidades básicas del ser humano, inmutables siempre, y cubrir áreas donde los esfuerzos físicos tienen a la larga costes sociales y gastos públicos cada vez más considerables, por el envejecimiento poblacional (que lideran Japón y España). Ahí es donde deben intervenir los inventos robóticos.
Takanori Shibata, creador de la foca terapéutica Paro, también está de acuerdo en que la robótica está para mejorar la calidad de vida. "Los robots van a contribuir a que la calidad de vida aumente entre nosotros. En cuanto a la posibilidad de que generen desempleo, es verdad que los trabajos repetitivos y fáciles los están empezando a hacer en la industria los robots, pero el trabajo que necesite de la mente humana no lo podrán hacer. El trabajo humano será de mejor calidad".
Preparémonos para crear nuevos especialistas, en nuevos trabajos, y profesionales más preparados de conocimientos humanistas y sociales, conocimientos que debiera impregnar la robótica que fabriquemos y la IA que la nutrirá. Robótica que, gracias precisamente a sus cada vez más altos sistemas de IA, podrían realimentarse y cerrar el círculo, ayudando a crear nuevos diseños robóticos cada vez más accesibles y usables.
Si nos centramos única y exclusivamente en reclamar nuestros derechos, como colectivos “perjudicados”, y ser sociedad pasiva frente a lo que sabemos que va a llegar, no nos podremos quejar. Trabajemos para que la revolución robótica sea un verdadero beneficio. Pasemos de contemplar la reclamación de igualdad universal y la “horrible discriminación” que produce la tecnología avanzada, como un negocio, y vayan de la mano beneficio social y económico.
O tendrá razón Nick Bostrom: “No somos demasiado buenos como civilización anticipando problemas difíciles que todavía no nos han causado daños”.
Todas las que llamamos “nuevas tecnologías” están hoy interconectadas, y no tienen sentido unas sin las otras. Robótica, Internet, IoT, Cloud, Inteligencia Artificial (IA), Big Data, teléfonos inteligentes, televisión interactiva,… cada una y todas en conjunto, bien diseñadas y desarrolladas (accesibilidad y usabilidad), generan algo muy importante: beneficio social, beneficio económico, autonomía e inclusión. Sí, he dicho bien, inclusión; porque por defectuosas que sean (y por supuesto, siempre diré y defenderé que hay mucho que mejorar), han supuesto un alto nivel de bienestar social para la discapacidad, dependencia y entornos familiares. Y eso, amigos, la autonomía y la igualdad generada a través de las Tic’s, es el verdadero nicho de riqueza social y oportunidad económica.


viernes, 23 de marzo de 2018

¿Alguien se ha dado cuenta de que necesitamos una transformación digital total (e inclusiva) en la Educación?

Stepehn Hawking acaba de fallecer, el 14 de marzo de 2018; y Stephen Hawking es el mayor ejemplo visible que demuestra lo que la tecnología puede hacer en beneficio de la persona, pero también en beneficio de la sociedad, que no puede ni debe permitir la pérdida de ningún capital humano. Todos y cada uno aportan valor a la sociedad. Sin el sintetizador de voz adaptado que Stephen empezó a usar en 1985, después de practicarle una traqueotomía, todo su conocimiento y valor intelectual probablemente se hubiera perdido. Previsiblemente se hubiera perdido toda su posterior aportación científica a la sociedad. Sin la tecnología adaptada, no hubiera sido posible. Y desgraciadamente, poco nos fijamos en este ejemplo para extenderlo al mundo de la educación, e impedir que ningún ser humano quede fuera de juego por no disponer de los recursos y servicios tecnológicos adaptados y accesibles para su beneficio personal, y aportar valor social. ¿Cuáles son las tecnologías por las que apuesta actualmente el sector de la Educación aquí, si es que apuesta por alguna?
Que el sistema educativo debe transformarse, es algo que nadie (racional) duda; no lo tengo tan claro en el caso de los responsables públicos. Un sistema educativo moderno no puede evolucionar sin desterrar viejos hábitos, y sin anticiparse a las nuevas realidades sociales emergentes que llegan a ritmos cada vez más acelerados. La modernización del sistema educativo ya no puede basarse en el conocimiento teórico, cada vez más cambiante en esta sociedad tecnológica y del conocimiento. Se necesita inversión urgente en medios, infraestructuras, nuevos materiales Tic’s y, pero sobre todo, en actualizar la mentalidad educativa y fuerte inversión en reconversión detoda la estructura docente. El futuro inminente ya no es teórico, es práctico. Y el futuro de los nuevos profesionales requiere otros hábitos, otros medios, y otra metodología, que sirva para acceder a los nuevos empleos, los nuevos retos, y a una adaptación y evolución constante. Y con elementos, medios y formatos accesibles a todos los ciudadanos, adaptados a sus capacidades.
En definitiva, hay que modernizar la educación. Afrontar de manera eficaz y urgente la transformación digital en este campo. Es cierto que gran parte del sector educativo, si no todo, coincide en que nadie sabe a ciencia cierta qué deparará el futuro en este campo y en cualquiera, pero de lo que no hay duda es que será digital. La Sociedad de la Información y del Conocimiento no tiene marcha atrás, y es digital. Todo el potencial de la Economía Digital (y la Educación y la Formación forman parte esencial de la buena salud de una Economía), de transformación de negocios, gestión social, hábitos y cultura, donde el ciudadano es interactivo, fue uno de los temas principales del Mobile World Congress de 2018. En él, el fundador y CEO de Rakuten Hiroshi Mikitani centró la atención en la importancia del móvil y de la tecnología en movilidad; y donde las nuevas formas de estudio y aprendizaje están cada vez más íntimamente unidos al uso del móvil y de las Tic’s en movilidad, con nuevas formas de comunicación entre formadores y “formados”, y donde el aspecto audiovisual adquiere cada vez mayor relevancia. Rakuten manifestó que “el 86,1 % de las visitas que recibe el gigante del e-commerce japonés llegan a través de dispositivos móviles”. Y esta circunstancia se presenta cada vez más en la formación, de ahí la urgencia de incorporar necesariamente la accesibilidad y usabilidad en el mundo digital.
Un buen ejemplo de la necesidad de cambio viene reflejado en la anécdota, preocupante por lo real del caso, de Mohamad Alaloush, que podemos leer en el artículo publicado en El País Digital de 16 de marzo, titulado “El Amazón de la educación: convertirse en un profesional sin salir de casa”: “un refugiado sirio que ahora vive en Berlín, abandonó la universidad en tres ocasiones distintas. Estaba cansado de las clases obligatorias que, a su parecer, solo consistían en memorizar conocimientos. Pese a no tener ninguna licenciatura, ha sido escogido por una empresa de desarrollo de software en Berlín y por el banco N26 en entrevistas de trabajo frente a compañeros que habían pasado seis años estudiando en la universidad”. Lo realizó siguiendo varios cursos de Udemy, una red global con decenas de miles de cursos online, y sobre la que Denise Halm, la directora general para España e Hispanoamérica, manifiesta “Esta historia demuestra que los mejores maestros no siempre se encuentran en las aulas. Udemy es el Amazon de la educación”. Esto no demuestra sino la urgencia de acometer un cambio radical en los sistemas educativos públicos; urgencia que viene reforzada por, además, no perder el control de nuestro propio sistema, y generando enorme gasto inútil. Y porque además, resulta más fácil concienciar a estas nuevas redes educativas y a quienes están detrás de ellas y quienes participan o se forman en ellas, de la necesidad de la accesibilidad y usabilidad de las Tic’s. La experiencia me demuestra que es más fácil llegar a sus conciencias y generar sensibilidad en la búsqueda de soluciones de accesibilidad y usabilidad, que entre los estamentos tradicionales (y que además están obligados). Curiosamente, en el artículo podemos ver que su creador, Eren Bali, de Turquia, donde la formación es escasa y la brecha social grande, buscó la salida en cursos en internet, y llevó su idea de formación online a Silicon Valey, donde despegó. “Su misión es mejorar la vida de las personas a través del aprendizaje”, defiende, lo que me lleva a reflexionar si la solución a la falta de conocimientos e implicación en la accesibilidad y usabilidad en las Tic’s no estará fuera de los circuitos tradicionales pese a que están obligados a ello, al ser teóricamente los responsables de garantizar la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, con independencia de sus capacidades..
Las grandes ferias tecnológicas debieran servir para muchos responsables públicos, de sectores no estrictamente tecnológicos (estos se supone son conocedores avanzados de las Tic’s) para encontrar soluciones a sus respectivas obligaciones en cuanto a servicios, cada uno en su ámbito. Es deprimente entrar en estas grandes ferias, ver todo lo que las Tic’s nos pueden ofrecer cada vez más, ver cómo avanzan las soluciones digitales, cómo las empresas comerciales, las startups y los emprendedores encuentras soluciones para facilitar la vida de la gente, y resolver problemas sociales; la parte lúdica, de entretenimiento, estrictamente comercial o lucrativa, son sólo algunas facetas de las Tic’s. La parte que me importa, especialmente, es que también sirven para generar beneficio social, autonomía e igualdad. Pero hay que saber verlo, por quien tiene responsabilidades de salvaguarda de derechos. Desgraciadamente, la depresión viene cuando sales de estos eventos Tic’s, de imaginar lo que la realidad virtual, el IoT, la domótica, el Big Data, las soluciones Cloud, la inteligencia artificial y la movilidad digital pueden hacer en educación, sanidad, seguridad o administraciones públicas (por supuesto, contemplando la accesibilidad y usabilidad), y sales al mundo real. El mundo de nuestro día a día. Los sueños quedan en el “mundo virtual” de la feria tecnológica que acabamos de ver y explorar.
Me hace mucha gracia, y reconozco que no lo entiendo, cuando se promulgan “leyes de derechos de las personas con discapacidad”; e incluso una Convención Internacional en este sentido, Convención Internacional de derechos de las personas con discapacidad. ¿Acaso las personas con discapacidad tienen otros derechos distintos al del resto seres humanos?. ¿Quizás tienen el doble de derechos?. Permitanme que recuerde que nuestra Constitución establece la igualdad de todos los españoles en todos los ámbitos de la sociedad; y conviene recordar, en este caso respecto a la educación, dos artículos”:
Artículo 27
1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
5. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes.
Artículo 49
Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos.”
(Y aprovecho para decir que La terminología utilizada, “disminuidos”, está derogada por ley).
En todo caso, habría que sacar leyes que permitan garantizar el derecho de ejercicio y de acceso, en este caso a la educación, en igualdad de condiciones. Y hoy día, esto se puede conseguir gracias a la tecnología accesible y usable, en todos los productos, recursos, servicios y documentos utilizados en todos los ciclos formativos. Quizás, la solución sea que los CIO’s de la Administración, mucho más sensibles y conocedores de las TIC’s, tomen las riendas de la gestión pública y pudieran ser ellos quienes mandaran a los altos responsables públicos: se necesita esto para generar igualdad, dame los recursos económicos. De abajo a arriba; de quien conoce y sabe implementar de manera práctica a quien idea con ocurrencias teóricas. En esencia, eso es lo que mantiene Joost Van Nispen, fundador del Instituto ICEMD, ahora bajo la esfera de ESIC, y cuyo pensamiento da un giro a la gestión empresarial (que también es válido para la gestión educativa). Joost es licenciado en Dartmouth College y máster de Ciencias en el MIT de Massachusetts, así como fundador y presidente del Instituto de la Economía Digital de ESIC (ICEMD), domina cinco idiomas, y es presidente del consejo de formación de ADIGITAL, y de múltiples puestos consultivos en asociaciones internacionales de gran peso en el mundo de la educación tecnológica. En el estupendo artículo aparecido en Computing.es titulado “El CIO será el futuro líder de la gestión empresarial”, donde se le entrevista, expone: “En ICEMD hicimos un estudio sobre el futuro de la educación, cómo las tecnologías impactarán en su desarrollo. La generación Z está entrando en las escuelas de negocio. Son personas cuyo medio natural es Snapchat, conocen los medios sociales y para qué cometido sirven. No leen detenidamente, porque son muy visuales. Con sus pautas de aprendizaje tan diferentes, no se les puede enseñar de la misma forma que en el siglo XX. El reto es cómo orientar la enseñanza para abrirse camino en un mundo de cambios”.  El Instituto “…funciona como un laboratorio de innovación, de experimentación y de investigación para mantenernos al día con las últimas tendencias, y asegurar que se introduzca en la formación de toda la escuela y constituya la base de nuevos programas de formación…”. Fuera el mundo de la retórica, bienvenidos al mundo del aprendizaje bajo la premisa de búsqueda constante de soluciones. Y, aunque él no lo menciona, yo sí: todo debe ser contemplando los criterios de accesibilidad y usabilidad en productos, herramientas, servicios y materiales digitales. De otra forma, seguiremos incurriendo en los viejos hábitos y errores de la pre-Sociedad de la Información y del Conocimiento que ha ocasionado enormes brechas sociales, ahora en el mundo digital.
Como mantiene Joost, “el papel del CIO y el papel del CEO están en plena convergencia”. Donde, volcándolo al ámbito educativo y de la formación, los CEO’s serían los responsables Públicos (Ministro, Secretarios de Estado, Consejeros, Directores Generales…), y donde la convergencia vendría dada por la introducción de los CIO’s dentro de los círculos ejecutivos y de toma de decisiones a la par, dejando de ser meros receptores de órdenes. Seguro que así garantizaríamos de formas más positiva la introducción de la accesibilidad y usabilidad en las Tic’s.
Señores, es necesario invertir en una verdadera Transformación Digital total (e inclusiva de la Educación y la Formación, que genere riqueza social, económica e igualdad de oportunidades. Y mucho menos en subvenciones de dudosa rentabilidad que no generan riqueza (aunque es cierto que sirven para mantener tranquilitos, callados y alimentados a muchos colectivos).

viernes, 19 de enero de 2018

El mundo cambia, las leyes no bastan, necesitamos la Colaboración Público Privada

Para entender bien este artículo, hay que ponerse en situación. En los últimos diez años en España se han dictado más de cien leyes estatales, Reales Decretos y sus desarrollos donde se incorpora, de algún modo, la accesibilidad tecnológica tanto a productos como a servicios. Algunos de los desarrollos legales son específicos para las personas con discapacidad (como el RD Legislativo 1/2013 que refunde la Ley General de Derechos de personas con discapacidad, el RD 1494/2007 de condiciones básicas de accesibilidad para el acceso de las personas con discapacidad a las tecnologías de la Sociedad de la Información y la Comunicación,…), y otras veces la accesibilidad a medios y soluciones tecnológicas va incorporado en el articulado de leyes o Reales Decretos generales (Ley Orgánica 2/2006 de Educación, Ley Orgánica 4/2007 de Universidades, Ley 11/2007 de Administración electrónica, Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público..). A ello hay que añadir una Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad (el art. 9 está dedicado íntegramente a la accesibilidad), y múltiples Estrategias y Planes de Acción (para personas con discapacidad, mayores, infancia, o colectivos “desfavorecidos””) donde la accesibilidad digital se contempla “y manda”. Es decir, esta carrera por generar estos más de cien desarrollos legislativos (y lo sé, porque las he ido recopilando día a día) podría decirse que coincide en el tiempo con la explosión de la denominada Sociedad de la Información y la Comunicación, con la aparición masiva de los teléfonos inteligentes, la inteligencia artificial, la robótica, el internet de las cosas, las Ciudades Inteligentes, el Big Data y el Cloud, la automoción cada vez más inteligente… y donde las empresas líderes del sector tecnológico tienen un capital superior al PIB de muchos países.
La tecnología y sus desarrollos en productos y servicios tiene potencial hoy en día para romper grandes barreras sociales y discriminatorias, generando igualdad, e incorporando accesibilidad y usabilidad de serie y permanentemente. Pues algo falla si no es así, con tantas leyes, Reales Decretos, Convenciones internacionales, Planes de Acción y Estrategias. Permítanme, por tanto, que dude de la eficacia del sistema, y me plantee que quizás es más eficaz contemplar la accesibilidad e inclusión tecnológica como mercado, como negocio, como consumo, y me quiera hacer más amigo de la industria y de la empresa que de las leyes. Y quizá para ello el mejor medio sea mediante la Colaboración Público-Privada, y por qué no, Centros de Referencia donde esta colaboración Público-Privada refuerce su dimensión.
Colaboración Público-Privada donde el valor radica no tanto en hacer por la propia entidad que la coordina, sino para hacer que los demás hagan. Es la forma de trascender más allá de los meros proyectos o iniciativas, caducos y finalistas en sí mismos, y ser el verdadero motor y gestor del cambio. Si pierdes la fuerza en hacer tu, pierdes la fuerza y recursos para hacer que los demás hagan. Eso sí, sirve para justificar más fácilmente un sueldo y “a tus jefes”.
¿Por qué negarnos, o querernos negar, que el mundo lo gestiona el dinero?. ¿Vamos a ser mejores por negarlo?. Tenemos claramente dos demandas: la pública (Administraciones, obligadas teóricamente por imperativos legales), y la privada (consumo), donde la gran mayoría de las personas hoy día, con independencia de sus capacidades, se convierte en un verdadero consumidor y cliente si la accesibilidad a medios y productos TIC’s es la adecuada, para poder hacer uso del nuevo paradigma de e-commerce, e-Administración y Sociedad Digital. Y más aún cuando amplios sectores como el turismo, las ciudades inteligentes y el IoT aplicado a los entornos domésticos y asistenciales cada vez tienen más claro que ahí fuera hay cada vez más millones de potenciales clientes, y donde la discapacidad o cualquier limitación merece la atención; al fin y al cabo, hay que adelantarse a conseguir consumidores y fidelizarlos, y la accesibilidad y usabilidad de las Tic’s cada vez importa más. Prueba de ello es el último CES de las Vegas, este 2018.
La empresa no me engaña, las Administraciones y las leyes no lo tengo tan claro. Sé perfectamente que una empresa o industria que durante dos o tres años no ya pierde, basta que rebaje beneficios, hará un ere o reducción de plantilla, despedirá a un 10 o 20% de la misma, y recortará gastos; cambiará de proveedores sin demasiados miramientos en función del coste y margen de beneficios, o subirá o bajará el precio de sus productos según venga la situación, sin importar quién puede adquirirlos o no o sin son bienes básicos o no; no me engaña, lo sabemos, y son las reglas del mercado, lo queramos ver o no. ¿Pero y las leyes que “garantizan” derechos (en este caso de accesibilidad), y las Administraciones que deben cumplirlos?; ¿me debo sentir engañado si no se cumplen, o es un mero error del sistema?.
¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que la Inclusión Digital (personas con discapacidad, mayores, falta de formación o limitaciones sociodemográficas) es negocio a corto y medio plazo, más allá del derecho?. Es decir, forma parte del sistema de mercado, donde solo lo rentable se contempla. Tomemos estas variables desde la planificación empresarial, y como en cualquier negocio, invirtamos, no seamos necios.
Es muy fácil gestionar la discapacidad y las necesidades producidas por cualquier limitación (funcional, de formación o social) sin su conocimiento real, ni la búsqueda de su conocimiento; es decir, desde fuera o “tangencialmente”. No tienen sentido, por ejemplo, las Fundaciones donde el control de la gestión es dirigido por un mero gestor, sin tener el conocimiento de la vivencia dentro, y se mueven en torno a actividades Conveniales bieintencionadas, pero claramente insuficientes y muchas veces dudosamente eficaces, al tiempo que el mundo real está fuera, en otro lugar. O regido por un Consejo lleno de buenas intenciones, pero sin los pies en la tierra (o mirando al cielo). La accesibilidad (tecnológica en este caso) no se aprende sin vivirla, sin tocarla, sin sentirla y sin ser afectado por ella. Y su solución sólo puede venir por colaboraciones multidisciplinares que busquen soluciones de mercado a ser posible, algo que perfectamente puede ser canalizada a través de iniciativas de colaboración Público-Privada empresarial. La ilusión del derecho obligatorio a los recursos bienes, productos y servicios Tic accesibles está bien, sí; pero ya sabemos que el mundo no suele funcionar así, y menos la industria y la empresa, donde el retorno económico es fundamental.
El mundo de hoy no es un mundo donde la realidad la solucionen las subvenciones o simplemente las leyes. Estamos en un mundo de sistema de mercado, capitalista, queramos verlo o no. Y si queremos cambiar algo, nos guste o no, es convenciendo a la empresa de que esto es rentable. Infiltrando la oportunidad de negocio dentro. Y esto solo es posible bajo un esquema de Colaboración Público-Privada de Administraciones, sector privado y Profesionales sociales (y no estoy diciendo asociaciones, hablo de grupos de expertos en accesibilidad Tic). La mayoría de las Fundaciones, Organismos y Centros financiados con fondos Públicos o privados están gestionados o dirigidos por “ajenos al negocio social” o estómagos agradecidos, cuyas acciones no van más allá de la ejecución de “proyectos patrocinados”, de forma que tangencialmente se lavan conciencias. La filosofía Fundacional es buena, sin duda, y esencial complementariamente, desde luego, pero no cambia el mundo. ¿Por qué gran parte de lo que se hace fundacionalmente no se hace en los procesos internos de producción de las empresas?. Esperar que las subvenciones públicas al sector social y las buenas obras de las Fundaciones privadas solucione los problemas de inclusión digital y accesibilidad tecnológica es esperar mucho; solo desde un modelo de colaboración público privada que incentive la visión de las oportunidades en torno a la accesibilidad tecnológica se darán importantes avances en la eliminación de la exclusión digital.
Cuando llevas muchos años en una silla y repleto de derechos, prefiero hablar claro a la empresa y la industria: “Mira, te voy a enseñar a hacer negocio con la accesibilidad tecnológica, y así beneficiamos también a las personas con discapacidad o limitaciones. Pero no te asustes, te voy a hablar en lenguaje de mercado”. Bien claro. Así, al menos, empieza a escucharme.
Cuando no conoces la necesidad más que por los ojos, no la vives, o simplemente te ponen delante para gestionar “una buena obra” de RSC empresarial, no cambias nada. Simplemente, a lo mejor se duerme un poco mejor. Si realmente la gente, y especialmente muchos mecenas millonarios confiaran en las leyes y su garantía por los Gobiernos y los recursos públicos, no debieran existir donaciones.
Vivimos en un mundo tan velozmente cambiante, con tantas crisis sociales y tal nivel de incertidumbre, que es difícil saber dónde estaremos cada uno y nuestros entornos en un futuro cercano, mediano y mucho menos lejano. Quizás es el momento donde la economía actual deba volver a coger el papel protagonista para eliminar cualquier disfunción de inclusión social y digital, y no dejar sólo a los poderes públicos (que visto está que no son quienes mandan) la gestión del bienestar. Quizás, es el momento de que mediante soluciones efectivas de colaboración Público-Privada volvamos la vista a las premisas de “La economía del bien común” de Jean Tirole (premio nobel de economía). Porque creo que parece más que evidente, que el sector privado, más que el público, cada vez tiene más claro que no puede ni debe dejarse a nadie (y dijo nadie, mayores, personas con discapacidad o limitaciones, situaciones sociodemográficas…) fuera de juego. Aunque sea para ganar dinero, generando mayor bienestar y autonomía en el mercado. Al fin y al cabo, el envejecimiento de la población, no necesariamente debe ser malo para la economía; la ampliación de necesidades también genera mercado. Es la propia empresa, por encima de los poderes públicos, quien se está dando cuenta que debe volver a coger el camino de la Economía Social de Mercado, porque es a la misma empresa a quien no le interesan sociedades que pierdan poder adquisitivo. Y por ende, una de las formas de generar mayor consumo es eliminando las barreras de accesibilidad tecnológica, buscando la total inclusión digital para todos, con independencia de sus capacidades.
La realidad jurídica no refleja la realidad social. Sinceramente, prefiero ponerme de lado del sector productivo y buscar rentabilidad económica mediante la accesibilidad; y reconvertir el sistema subvencionado en verdadero gasto público útil que cubra las obligaciones legales sociales asumidas por las Administraciones, en todos los ámbitos.