Efectivamente,
la sociedad ha cambiado como nunca en los últimos veinte años. Del
mismo modo que fue cambiando a lo largo de los siglos y de los
diferentes períodos de la historia, principalmente según aparecían
nuevos inventos o desarrollos tecnológicos: la rueda, la imprenta,
máquina de vapor, la electricidad, y todos los avances derivados de
ellos, cambiando asimismo formas de vida, hábitos y sistemas de
organización y productivos. Pero es que la evolución tecnológica
también ha producido nuevas herramientas para la sanidad, para la
investigación, para el cuidado de las personas y para el avance
científico; y todo ello, a su vez, ha generado una mayor longevidad
en la ciudadanía, y un aumento enorme de la población de los países
“avanzados”. Y junto a ello, de nuevo, ha aparecido una nueva
sociedad con formas sociales y hábitos nuevos en función de la edad
y el avance tecnológico de uso personal. Más importante aún,
provocado por las nuevas circunstacias sociales: la aparición de las
llamadas nuevas economías.
Una
de ellas, la Economía Plateada, o Siver Economy. La Unión Europea
(UE) ha definido la economía plateada como «el
conjunto de oportunidades que comienzan a florecer a partir del gasto
público y de las personas consumidoras, y que está relacionada con
la transición demográfica que significa el envejecimiento
poblacional y las necesidades específicas del mercado de las
personas mayores a 50 años».
El director de programas de la Comisión Europea, Peter
Wintlev-Jensen, ha manifestado que tan sólo dentro de seis años,
en 2025, el sector de la denominada economía plateada supondrá
más de un tercio de los puestos de trabajo productivos.
La economía plateada comienza a partir de personas mayores de 50 o
55 años, en toda su diversidad: desde personas totalmente activas e
independientes hasta las más dependientes, con discapacidad o
limitaciones propias del deterioro funcional. Con diferentes niveles
de necesidad, de atención, y de formas de interrelacionarse con el
entorno que generan los avances tecnológicos. En torno a todas estas
circunstancias que definen las características de una población
“envejecida” que compone la masa poblacional de la economía
plateada, aparecen verdaderos nichos de oportunidad de negocio, en
todos los ámbitos. Y el componente tecnológico se erige como el
esencial nexo «transversal» en todos y cada uno de los servicios
creados en torno a la economía plateada. Hoy en día no se entiende
nada sin la tecnología, y nada funciona sin la tecnología. Mañana,
mucho menos. Así pues, si desde la perspectiva de economía y
negocio podríamos definir la economía plateada como las
oportunidades económicas derivadas de los gastos públicos y de los
consumidores en relación con el envejecimiento de la población y
las necesidades específicas de los mayores de 50 años,
ineludiblemente, y por pura lógica, la accesibilidad y usabilidad
tecnológica van íntimamente unidas a las necesidades que presenta
la población de esta “nueva economía”.
Este
proceso está propiciando una reorientación de las actividades y de
las formas de gestionarlas de múltiples empresas, no sólo del
ámbito socio-sanitario. También del ecosistema más puro comercial,
de ocio, en las finanzas y, por supuesto, en el turismo. Estamos
generando una población más envejecida, sí, pero también más
activa y con más capacidades. Y aquí, más que nunca, la
accesibilidad y usabilidad tecnológica adquieren cada vez mayor
importancia. Personalmente, ya lo advertí hace 12 años cuando
participe en los grupos de trabajo donde se estaba trabajando en la
Ley de Autonomía Personal y Dependencia, hoy llamada exclusivamente
“Ley de dependencia”. Ya entonces manifestaba la necesidad de
contemplar la necesidad de incorporar inversiones en tecnología que
incrementara la autonomía personal, la individualidad, y al mismo
tiempo hiciera más sostenible y menos costoso a largo plazo el
servicio. Y aquí hablaba de domótica, servicios domésticos
conectados, y comunicación accesible y usable con los servicios
públicos a distancia. La falta de planificación a medio y largo
plazo, la urgencia política y falta de visión de futuro, obviando
la inversión en gasto personal tecnológico que lo garantice, y
reduzca paralelamente gasto público en servicios, han dejado
completamente difuminado el objetivo principal de la Ley, la
autonomía personal. Con la “lógica política”, ni se tomó en
cuenta.
Todos
los años, por estas fechas, acaba de celebrarse la mayor feria
tecnológica de consumo del mundo, el CES de Las Vegas. Y todos los
años vuelvo a la misma reflexión, ¿por qué nuestra administración
política (que no nuestros técnicos y funcionarios públicos,
ampliamente formados y expertos en sus áreas) no planifica a medio y
largo plazo, no diseña políticas con visión de futuro, no
introduce “prácticas comerciales” en sus diseños de servicios
públicos..?. La empresa y la industria TIC (y no TIC) ya está
planificando lo que nos va a vender y vamos a usar dentro de 5, 10 y
15 años. “Practicas comerciales” no para ganar más dinero,
evidentemente, sino para gestionar mejor, hacer más eficientes los
servicios, reinvertir y agilizar procesos. Cuando nuestros servicios
enfocados al ciudadano, donde hay personas mayores, con discapacidad
o limitaciones van haciéndose útiles, accesibles y usables, “el
mundo comercial” va al menos casi una década por delante. La
legislación, mejor ni comentarla, cuando somo expertos en hacerla
tan indefinida como ineficaz. Los medios judiciales y administrativos
que deben garantizar los criterios de accesibilidad y usabilidad
tecnológica de esas leyes, mejor ni mencionarla, por su lentitud. En
el CES de Las Vegas, se presentan novedades, tecnologías emergentes,
cientos de productos comerciales cada vez más avanzados, y
tendencias, muchas tendencias para saber aprovecharlas. Pero cada vez
más, desarrollos donde la accesibilidad y usabilidad se tiene
presente, ¿por qué?. Porque la empresa privada busca ganar dinero,
clientes y consumidores y presencia en el mercado. ¿Por qué nuestra
administración política es tan ciega, y tan lenta en incorporar
novedades y soluciones mejores que faciliten la vida de la gente, y
la autonomía de personas mayores, con discapacidad o limitaciones?.
¿No están el el mundo, o están en su mundo paralelo?. ¿Por qué
no invertir a largo, si de verdad se tiene conciencia de “servidor
púbico”, con inversiones en tecnologías y tendencias que el
sector privado ve claro, accesibles y usables, y que persigan la
sostenibilidad y eficiencia de los Servicios Públicos, y no se
piensa menos en el book de fotos para las siguientes elecciones?.
La
planificación hacia un futuro eficaz y rentable económicamente en
una empresa moderna, donde la tecnología ya es un elemento
indispensable de cualquier sector, parte de una premisa esencial:
elegir la tecnología adecuada define el éxito de una nueva empresa.
Y en las nuevas economías, con un tercio de la población por
encima de los 55 años, cada vez más activa, informada, y “preparada
como usuario” tecnológico, la accesibilidad y usabilidad es
fundamental. Porque ahora debemos hablar claramente de “clientes y
consumidores maduros”, y no de “viejos asistidos”.
Para
darnos cuenta de que el mundo está cambiando a una velocidad
vertiginosa, solo debemos fijarnos en que el sector financiero no es
ajeno a estos cambios. Todas las organizaciones financieras, tanto
banca como seguros y vinculados, se están viendo abocadas a realizar
un profundo cambio en su cultura, sus organizaciones, su tecnología,
e incluso en muchos casos, con la llegada del mundo FinTech, en su
modelo de negocio tradicional, a contemplar las nuevas tecnologías
emergentes. El uso de Blockchain, Big
Data,
la analítica avanzada y la inteligencia artificial son las
tecnologías estrella que se están utilizando ya en este sector,
paradigma puro del “capitalismo”. Por supuesto, también en todos
los demás, en distintos estadíos de implantación. Buscando
eliminar la complejidad (ganar usabilidad) para ganar más dinero,
dicho en lenguaje llano del todo.
Actualmente,
la tecnología juega un papel importante en el éxito o fracaso de
cualquier proyecto, por lo que es crucial elegir las mejores
soluciones tanto para el nacimiento de la empresa, de la industria,
del emprededor, de la innovación o de la experimentación, de una
startup,
y también debiera serlo para el sector público. Para ello,
especialmente en este último caso, hace falta visión de futuro, y
que “dejen hacer y den medios” a quienes saben. Siendo cada vez
más necesario contar con expertos que se den cuenta de la
importancia de identificar los obstáculos tecnológicos con los que
se puede encontrar una nueva empresa (y los Servicios Públicos son
la “mayor empresa social”), y las soluciones que pueden utilizar
para derribar estar barreras funcionales que presenta la población
de la economía plateada. Condición especialmente relevante en el
ecosistema de la nueva economía plateada, que debe abarcar sin duda
la accesibilidad y usabilidad tecnológica.
Optar
por un software e interfaces que sean intuitivas y fáciles de usar y
que tenga un alto nivel de soporte disponible, puede ser la
diferencia entre el éxito o el fracaso para esta nueva economía. En
definitiva, se trata de convertir la tecnología en una aliada de la
empresa y de las Administraciones y adaptarla a las necesidades de
cada una de sus etapas de desarrollo, desde su creación hasta su
madurez. Solo de esta manera podrá ser una organización competitiva
en la nueva era digital. La
tecnología tiene que convertirse en una herramienta clave a la hora
de mejorar la vida de las personas,
construyendo al mismo tiempo una sociedad mejor y más justa. En
definitiva, convertirla en un mecanismo de integración social. Un
proceso en el que la educación (y la formación e información
accesible) es clave.
Hay
algo imprescindible que la empresa debe asegurar para una
experiencia que fidelice al cliente (usuario) y se coloque en las
primeras líneas de éxito: tener una aplicación y/o
un producto de
calidad, sin
fallos y
fácil de usar.
No puedes errar en ello, porque la competencia es muy rápida. Y para
ello hay que analizar el desarrollo que asegure el validar todos los
datos y escenarios, incluidas las leyes y normativa técnica de
accesibilidad y usabilidad, para anticiparse. La reciente aprobación
del RD
1112/2008 sobre accesibilidad de los sitios web y aplicaciones para
dispositivos móviles del sector público,
abre, además, un panorama de oportunidades y un escenario
completamente nuevo. Al igual que la Ley
9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la
que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas
del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE,
o los Reales
Decretos
de condiciones básicas de accesibilidad en
todos los entornos, productos, espacios públicos o edificaciones.
Es
inaceptable, de este modo, que la propia “Administración política”
haga leyes para facilitar la vida y el acceso a los los servicios a
los ciudadanos, y que en la práctica se olvida de garantizar el uso
de sus propias leyes. Medidas que debieran servir de manera eficaz a
la nueva “economía plateada”, sin ir más lejos. No tiene
sentido que once años después de aprobarse la Ley 11/2007 de de
acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos, que
permite al ciudadano no presentar aquellos documentos que ya tiene la
propia Administración, (lo que en esencia es simplicidad y
usabilidad), se sigan pidiendo al realizar la mayoría de los
trámites. Prácticas antagónicas a las que rigen la forma de operar
del sector privado, que trata de aplicar técnicas eficaces al
consumidor para fidelizar clientes; el último, el pago por móvil,
las tarjetas de contac-less o la venta online bien hecha, con
eficiencia en entregas y devoluciones. Para ganar dinero, está
claro; pero es que la Administración también debe “ganar”
dinero ahorrando y siendo eficaz, para reinvertir en más y mejores
servicios. ¿Cuántos ciudadanos usan la compra online y cuántos la
Administración electrónica?. ¿Cuánto gasta el sector privado en
publicitar sus servicios, que recupera con ingresos, y cuánto la
Administración en publicitar sus servicios electrónicos, con el
ahorro que supondría que el ciudadano los conociera?. ¿Cuánto
gasta en publicitar “logros ideológicos del gobierno de turno” y
no servicios reales?.
Evidentemente,
las nuevas economías, la nueva economía plateada, también necesita
de un cambio profundo de nuestro sistema de gestión “política”
público. O las nuevas necesidades de la población de la economía
plateada crearán unos Estados económicamente insostenibles y
tremendamente ineficientes.
Gracias por tan detallado y acertado artículo. Desgraciadamente no parece que nuestros políticos tengan ni la más remota intención de poner siquiera algo de foco en estos asuntos. Iremos a remolque de otros países y parece que será la propia ciudadania la que vaya adaptándose a los nuevos tiempos a pesar de la administración pública y la legislación.
ResponderEliminarLaura Carrasco. Directora Asociación Parkinson Madrid.
Juan Carlos, da gusto leer un texto tan claro y tan explicativo. Tengo que trabajar hoy mismo con alumnos preuniversitarios de altas capacidades, para atraerles hacia las áreas técnicas, de ingeniería o de diseño, y trato de motivarles, a pensar en Diseño Universal, y me has introducido un tema, que al menos yo desconocía como término, "la economía plateada", les haré llegar tu texto.
ResponderEliminarHablamos pronto.
ANA LÓPEZ.
Presidenta Asociación Españolas de Profesionales de la Accesibilidad Universal (ASEPAU)