Cuando el pasado 11 de abril Montserrat Carrillo, CEO de la empresa ELEA Soluciones, presentó en el Centro Estatal de Adaptaciones Técnicas (CEAPAT) durante el CAFTS_MAD (“Club de amigos de la Tecnología Social”) que la Fundación de Tecnología Social (FTS) organiza todos los segundos miércoles de mes, los primeros SmartKits (ver presentación), creo que empezó una nueva época para los que siempre hemos creído y defendido que la tecnología, la tecnología de bajo coste enfocada a la autonomía personal y para todos, debiera empezar a estar en el mercado en forma accesible económicamente, usable, adaptable, prácticamente autoinstalable, y, sobre todo, “encontrable”. Porque los SmartKits de Elea Soluciones, es tecnología de bajo coste empaquetada en cajas, con una hoja de instrucciones para instalar en media hora por cualquiera estilo Ikea, y además útil para todos: mayores, niños, personas con discapacidad o limitaciones…, vamos, como las rampas. Soluciones fabricadas, además, sobre y con productos ya presentes, fabricados y comercializados, a los que se ha dotado de nuevas utilidades interconectando sus posibilidades. Lo que elimina también de golpe otro mito, el de que lo ya hecho, si no se ha hecho pensando en las necesidades de ciertos ciudadanos con limitaciones, no sirve.
Y es un cambio de filosofía, por fin, porque se enfoca al consumo individual y de colectividades, como serían comunidades de vecinos, y se saca de manera firme del concepto de tecnología asistencial para discapacitados o mayorcitos. Y, aún siendo reiterativo con los “y”, un cambio de mentalidad en su raíz: tecnología para facilitar la vida a todos, para comercializar ampliamente. Porque, y no es la primera vez que lo afirmo y en absoluto me retracto, creo seriamente que la asistencia está muy bien, pero que mientras los fabricantes y las empresas no ganen, difícilmente existirán productos y bienes tecnológicos diversos, accesibles y útiles en el uso diario en el mercado. Cuando podamos encontrar líneas de distribución comercial rentables de tecnología accesible en el mercado de consumo normalizado, será entonces, sin duda, cuando el salto cualitativo hacía la autonomía personal empezará a ser una realidad.
A finales del año pasado, se produjo un avance similar. En la entrega de los premios que la Fundación Vodafone dedica a los “Proyectos de Innovación en el ámbito de la Investigación y del Desarrollo de las Telecomunicaciones”, se otorgó un accésit al producto Accemóvil, (Moviltac, Telefonía móvil táctil accesible para las personas con discapacidad) que ha sido desarrollado por un grupo de trabajo, coordinado por el profesor Miguel Ángel Valero, de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Telecomunicación. Un accésit, que quizás debió ser un premio principal, porque de los cuatro premiados, fue el único prácticamente cerrado y con perspectivas de comercialización en el mercado y en canales de distribución ordinarios, en este año. Un desarrollo en Android pensado para hacer accesibles los smartphones y todas sus utilidades a personas con tetraplejia, parálisis cerebral o daño cerebral. Pero, a la postre, utilizable por muchísimas más personas, vamos… como las rampas. Es una propuesta tecnológica innovadora que despliega una solución para que las personas con movilidad reducida en sus miembros superiores puedan utilizar de forma autónoma el teléfono móvil táctil a través de un pulsador, botón virtual accesible por pantalla o conmutador externo, mediante la interconexión de conmutadores comerciales y el uso de un sistema de barrido con realimentación por voz sintetizada, permitiendo al usuario acceder a todas las funciones básicas de la telefonía móvil.
Estamos pasando, con gran alegría para quienes defendemos y creemos en la introducción de la tecnología accesible y generadora de autonomía en el mercado y la distribución ordinaria, de las promesas e ilusiones de los prototipos y los futuribles proyectos de I+D+I costosos que nunca llegan, a realidades tecnológicas e industriales tangibles, y visibles. Por ello, y quizás como mayor estímulo, al igual que desde el sector social se lleva años abogando por la introducción de cláusulas sociales en los ámbitos de contratación pública y servicios, y por supuesto salvando las diferencias, se podrían introducir también cláusulas de puntuación bastante más favorables en las convocatorias de los cientos de premios que los cientos de asociaciones y cientos de Fundaciones existentes otorgan a proyectos de investigación en estos campos, para aquellos que puedan ser realidades comercializables, y en todo caso algún que otro premio de honor para las promesas que rara vez llegan. Porque, seamos realistas, o cambiamos la premisa hacia que la tecnología accesible debe ser rentable para la empresa, o nos quedaremos en la búsqueda permanente de lo asistencial, eso sí, cuando haya dinero por las Administraciones para sufragarlo.
Creo que este concepto de que las realidades tecnológicas (bienes y productos) accesibles, útiles y utilizables deben fundirse y estar presente en los foros ordinarios va, muy despacito pero va, abriendo pequeñas brechas en su camino. Ello simplemente, porque afortunadamente cada vez más individuos pensamos que es el único camino, del mismo modo que la población de personas mayores y personas con limitaciones funcionales están inmersas dentro del conjunto de la población. Del mismo modo que en los grandes centros comerciales se encuentran ya las parafarmacias o los productos alimenticios para personas diabéticas, deben empezar a verse soluciones y productos tecnológicos diversos y adaptados para todos, ¿alguién ha calculado cómo se incrementarían las ventas si la ciudadanía supiera que puede comprar tecnología accesible y usable en su centro comercial?.
Es muy gratificante, observar cómo, por ejemplo, en el festival de aplicaciones para todos los públicos, “The App Fest”, que se celebra en Madrid los días 19 y 20 de abril de este año, se presenta inmerso entre todos los demás inventos, el dispositivo diseñado por la ingeniero asiática Selene Chew, el "Blindspot", un bastón acompañado de un dispositivo "chivato" pensado para informar a las personas ciegas de los obstáculos que hay en su camino y también de los conocidos con los que va a cruzarse en los próximos metros. Pero el invento va mucho más allá en sus utilidades y posibilidades, para cualquier ciudadano y múltiples situaciones, desde el avistamiento de un toldo o saliente inesperado, a la presencia de personas u obstáculos elevados sobre el suelo, o… ¿Cuántas aplicaciones se nos pueden ocurrir?
La importancia que empieza a apreciarse desde el entorno empresarial vinculado, de una u otra forma, a las tecnologías queda patente observando cómo, en un Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC), se incorporaron desde su creación empresas líderes en su sector como lo son El Corte Inglés, Telefónica o Vodafone, y ahora Acciona, junto al Ministerio de Sanidad y el de Industria, y a pesar de la situación económica, han mantenido su participación económica en el proyecto. Proyecto cuyo objetivo principal y último es ese: dinamizar el mercado y hacer llegar soluciones tecnológicas accesibles al ciudadano, en entornos y canales normalizados.
No hace mucho, fuera de los medios de comunicación especializados en discapacidad o mayores era completamente anecdótico encontrar alguna información sobre tecnología accesible, usable y útil para personas con discapacidad, limitaciones o mayores, salvo el típico robot que se le había ocurrido y diseñado a algún japonés, que supuestamente te iba a limpiar la mesa, llevar el desayuno o jugar al futbol. Hoy, empieza a ser relativamente corriente ver alguna noticia sobe tecnología para todos en los medios generalistas, escritos o audiovisuales, o revistas y medios destinados a sectores profesionales, como pudieran ser la revista Fundetec, la revista Dintel Alta Dirección o la web de la SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas, la primera agencia pública de ámbito estatal especializada en información sobre ciencia, tecnología e innovación en español). Aunque todos somos algo ciegos, o queramos serlo, poco a poco, algo está cambiando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario