Continuamente sigo oyendo hablar de nuestra famosa brecha digital, para volver a explicar una, otra y otra vez los desperfectos sociales y la gran discriminación que genera en muchas personas con discapacidad, especialmente sensorial o intelectual. Y también continuamente hago la siguiente reflexión, ¿brecha digital? Por supuesto. Sabemos que puede existir, y de hecho se genera desde hace años, sabemos los impedimentos que el diseño de tecnologías sin criterios de accesibilidad universal suponen, conocemos la indefensión y discriminación que muchos usuarios con limitaciones funcionales o sensoriales sufren por contenidos no accesibles, sabemos las consecuencias… En definitiva, conocemos la situación, la realidad y las consecuencias futuras. Entonces, ¿por qué seguimos hablando de la brecha digital? ¿por qué, a lo largo de todo el año 2010, igual que en 2009, 2008, …1995… se sigue hablando del horror de la brecha digital? ¿por qué en todos los Congresos, Jornadas, seminarios y demás reuniones “de expertos y clarividentes” del año 2010, 2009, 2008…1995… se ha seguido hablando y poniendo el grito en el cielo por la famosa brecha digital? ¿por qué el año 2020 será igual que el 2010?. Sinceramente, ninguno de los eventos a los que he podido asistir presencial o virtualmente este año, vinculados a la discapacidad, ni me ha aportado gran cosa, ni he visto apenas diferencias con cualquiera de los celebrados hace 10 años.
Quizás, a lo mejor ha llegado el momento para cambiar la estrategia (de pensadores, filósofos, sociólogos, asociaciones sociales y centros especializados y nacionales expertos en preocuparse por las preocupaciones, entre ellas las tecnológicas) y dar otro enfoque al camino por la igualdad en el ejercicio de derechos y la no discriminación. Es posible que haya que empezar a contemplar la búsqueda de esa plena efectividad de los derechos no sólo desde la exigencia de su cumplimiento (que también, para esos son derechos inherentes a las personas), sino también apoyarnos en una filosofía más “comercial y empresarial”. Cuando hablamos de un mundo y de unas sociedades donde la economía y los beneficios empresariales no sólo juegan un papel esencial, sino que además condicionan y “dirigen” las políticas sociales actuales, la mera exigencia del cumplimiento de derechos se queda corta, y nunca será completa. O contemplamos la discapacidad y sus necesidades (no olvidemos las limitaciones funcionales y sensoriales, mucho más numerosas, y muchas veces sin apariencia de discapacidad) con una mentalidad empresarial y comercial, y buscamos aliados y alianzas en el mundo de la empresa, la fabricación, la distribución y la comercialización de bienes y servicios, o no nos engañemos, seguiremos hablando de las “brechas digitales” durante 50 siglos más.
Suena a aberración, y quizás lo es, y aún así merece la pena una reflexión: tratemos la discapacidad y sus necesidades, con criterios de marketing. ¿por qué no podemos vender la discapacidad? ¿por qué no sabemos ofrecernos a las empresas como clientes? ¿por qué no nos presentamos ante las empresas (y las Administraciones) con un Plan de empresa y un análisis DAFO de lo que ganaría cada uno? ¿por qué no sabemos hacer ver lo que se ganaría con publicidad accesible, comunicaciones accesibles, sistemas tecnológicos aplicados a la educación accesibles? ¿por qué no sabemos gestionar los tres grandes beneficios que podría proporcionar la domótica y las “viviendas inteligentes”: de bienestar social y ahorro económico para el usuario y sus familias; de beneficios económicos para fabricantes y empresas; de ahorro presupuestarios en servicios personales de asistencia para las Administraciones?.
Pero como conviene ir poquito a poco, no sea que empezar a ver soluciones nos sea demasiado impactante, me conformo con poder asistir el próximo año a algún Congreso, Jornada, o seminario donde además de poder seguir hablando y escuchando las consecuencias de la horrible brecha digital, se “negocie profesionalmente” con fabricantes y empresas de equipos, contenidos y servicios, soluciones para llegar a empezar a ver soluciones de mercado a “la crisis digital”.
Ciertamente es así. Hay productos muy interesantes pero que se conocen poco e incluso cuesta conseguirlos porque las empresas los colocan en una especie de apartado de beneficencia, regalados o subvencionados por sus fundaciones por ejemplo, cuando muchos los comparíamos para usarlos o proporcionárselos a nuestros familiares mayores o con algún problema para usar otros dispositivos.
ResponderEliminarLa normalización pasa también por tratar a los discapacitados como ciudadanos/clientes normales y no en el aparatdo de beneficencia.
Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarComo la famosa brecha digital afecta a un sector muy importante de la población, desarrollar productos y servicios fáciles de usar y accesibles incrementa sustancialmente los ingresos de las empresas y, curiosamente, el coste de hacer que un producto o servicio sea fácil de usar y accesible es, muchas veces, nulo. Consiste, simplemente, en tener en cuenta a TODOS los usuarios en el momento del diseño.
Me gusta este tema y mucho, porque como persona con discapacidad cuando voy a unos grandes almacenes, seccion informática, o sección telefonía o sección dvds de series y pregunto sobre un determinado telefono movil accesible con chat, o una ipod apeinta para ir a mis clases y que yo pueda ver por reconocimiento de voz el subtitulado de lo que esta hablando el profesor o quiero comprar una serie española con subtitulado, los vendedores todavía me miran como si les comunicara algo extraterrestre. Veamos es tan fácil ver a las personas con discapacidad como clientes y en especial como clientes potenciales, porque muchos trabajamos y nos gustaria adquirir aquello que nos facilita la vida. Si se hace un diseño para todos en un tiempo tan dificil económicamente como lo es este, si miraran que podrían alcanzar la clientela con un diseño para todos a lo mejor no habria esa brecha. Yo lo comparo con la ropa, hasta hace poco solo había tallas 38, 40, 44 y los de 46 para adelante sencillamente no habia. Ahora que se han dado cuenta que el personal en general es de talla grande proliferan esas tiendas y se mantienen porque la realidad es que somos de talla grande, como la realidad es que somos personas con discapacidad,mayores, emigrantes, extranjeros.............
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